martes, 2 de diciembre de 2008

acerca de los glaciares

Difundimos una carta enviada por el INTI relacionada con la Ley de Presupuestos mínimos ambientales de Protección de los glaciares y ambiente periglacial - Ley Nº 24 618 - En la misma se piede leer las reflexiones en adición y complemento a las que oportunamente le hicieran llegar al Diputado Nacional Miguel Bonasso, Presidente de la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara baja.
Publicamos el texto completo de la carta.


Buenos Aires, Lunes 1º de Diciembre de 2008
Señor
Senador Nacional
Lic. Daniel Filmus
Señora
Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación
Dra. Romina Picolotti

Ref.: Ley Nº 24 618 (Ley de Presupuestos mínimos ambientales
de Protección de los glaciares y ambiente periglacial)



En conocimiento, según la información pública disponible, de su convocatoria para el día de hoy de una reunión o foro de gobernadores, funcionarios del PEN y señores diputados y senadores de la Nación, con el objetivo declarado de explorar y de ser posible construir una propuesta denominada "superadora" de la Ley Nº 24 618 (Ley de Presupuestos mínimos ambientales de Protección de los glaciares y ambiente periglacial), recientemente aprobada por unanimidad en el Congreso Nacional, y posteriormente vetada por Decreto del P.E.N., deseamos hacerle llegar, desde el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) las siguientes reflexiones. Las mismas deben ser leídas en adición y complemento a las que oportunamente le hiciéramos llegar al Diputado Nacional Miguel Bonasso, Presidente de la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara baja, la cual ratificamos en todos sus términos y que se adjunta a la presente:


Desde el punto de vista estrictamente técnico, no existen antecedentes mundiales de operaciones mineras, petrolíferas, industriales o arquitectónicas de gran dimensión, en o sobre formaciones glaciarias o periglaciarias que hayan resultado de nulo o mínimo impacto sobre las mismas. Menos aún, contamos con registro alguno de operaciones exitosas de traslado o mudanza de glaciares o periglaciares para liberar sectores para actividades extractivas a cielo abierto, con uso intensivo de sustancias químicas contaminantes, tránsito de vehículos pesados, etc., sin afectarlos de manera grave e irreversible.

La afirmación precedente no se basa en una postura ideológica o una afirmación de validez universal. En otras oportunidades de conflictos en el pasado reciente, el INTI ha afirmado la posibilidad, al menos en términos de hipótesis (que en algún caso se viene, prima facie, confirmando hasta el momento), de realización de intervenciones antrópicas con alto impacto ambiental, con propósitos productivos, pero bajo la aplicación rigurosa de tecnologías apropiadas y consistentes a tal fin, por parte de empresas comprometidas con principios de responsabilidad social, y bajo la no menos rigurosa supervisión y monitoreo por parte de autoridades especialmente asignadas y dotadas técnicamente para tal fin. Con el añadido indispensable de la imprescindible transparencia y el monitoreo independiente de las poblaciones afectadas directa e indirectamente. Tales criterios el INTI lo ha manifestado en el pasado reciente, aunque también hemos advertido que esta posibilidad se derrumba ante la falta parcial o total de instrumentos institucionales y/o tecnológicos idóneos para garantizar solventemente este objetivo, así como ante la falta de transparencia en la información y los procedimientos.
Es por estas razones, entre otras, que dos de las metas consignadas en el Plan Estratégico del INTI se refieren por un lado a "Fortalecer tecnológicamente al Estado", y por otro a situar "la Tecnología más cerca de la gente".


Con estos antecedentes, que alejan de cualquier consideración dogmática la preservación de los bienes naturales comunes, nos sentimos autorizados a reiterar que, en el caso de los glaciares y áreas periglaciares, no se conocen evidencias científicas ni tecnológicas que permitan sostener una pretendida inocuidad de las actividades desarrolladas directamente sobre las áreas glaciarias y periglaciarias (ya que la Ley en cuestión prohíbe dichas actividades exclusivamente en tales área, no así fuera de ellas). Por lo cual, no parece serio ni creíble invocar principios de responsabilidad social empresaria, y menos aún, de gobernanza democrática socialmente responsable, para sostener hipótesis a todas luces sin antecedentes ni fundamentos.

El sano juicio y el principio de precaución, universalmente aceptado,
aconsejan y avalan como plenamente acertadas todas y cada una de las disposiciones de la Ley sancionada por el Congreso, tanto en lo que refiere a la realización inicial y mantenimiento actualizado de un inventario completo de las formaciones glaciarias y periglaciarias de todo el territorio nacional, como en las restricciones y prohibiciones expresas que ordena esta Ley para su protección integral.
Difícilmente pudiera encontrarse una normativa "superadora" de la misma, ya que ella es clara, pertinente, eficiente y suficiente.

Por ello exhortamos a todos los legisladores a su ratificación plena y sin disminuciones por parte del Poder Legislativo. A los funcionarios integrantes del P.E.N. a un asesoramiento profesional y responsable para rectificar el veto (que ya empieza a ser conocido como "Veto Barrick Gold", por el nombre de la empresa emblemática de los intereses mineros presuntamente afectados), y promulgar la Ley ya sancionada, desoyendo las presiones de lobystas de intereses subalternos que no son los de la mayoría de la sociedad, y restableciendo así la credibilidad y prestigio de la función ejecutiva, ciertamente afectados por el veto.

Reiterando lo manifestado en la carta adjunta, el INTI se pone a
disposición, en apoyo del IANIGLA, para asegurar a la sociedad y el estado argentinos la plena disponibilidad de los mayores reservorios de agua dulce que constituyen los glaciares y periglaciares, para uso de las actuales y futuras generaciones.

Por último, deseamos señalar lo auspicioso de convocar foros de todo
nivel que permitan poner en agenda de la sociedad y los decisores políticos cuestiones estratégicas como la que nos ocupa. Alentamos a que estas iniciativas se multipliquen y amplíen permanentemente para incluir a la sociedad civil y las poblaciones afectadas, al mismo tiempo que se disipe cualquier fantasía que pudiera existir acerca de subrogar o paralelizar la potestad y responsabilidad inalienable del Congreso de la Nación, foro supremo designado por la constitución, y de cada uno de sus integrantes, para la discusión y sanción de las leyes que convienen al orden común y proveen al bienestar general.


Fraternales saludos,

Ing. Enrique M. Martínez
Presidente del INTI
Instituto Nacional de Tecnología Industrial

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lunes, 10 de noviembre de 2008

El Valle de Traslasierra, el Agua y un Puñado de Vecinos



El Valle de Traslasierra de la Provincia de Córdoba es una región que atrae a los turistas, especialmente en verano. Es el destino de muchos viajes de fin de curso y personas de toda la Argentina disfrutan del paisaje serrano, de los arroyos, de las noches frescas. Pero pocos sabrán, que cuando preparan sus valijas para escapar del calor agobiante, del viento norte, de la humedad sofocante por ejemplo de la ciudad de Resistencia, para ir a descansar unas semanas a Mina Clavero, a San Javier o a cualquier otro lugar de las montañas cordobesas, viajan de una región chaqueña a otra, llegan a la región que es parte de lo que en geografía se llama chaco serrano. Se encontrarán allí con el árbol chaqueño por excelencia, el quebracho, y además con espinillos, chañares, mistoles, algarrobos. Pero también están el molle y, más arriba en la sierra, el tabaquillo y los pastizales.


Los arroyos, que bajan por las quebradas y en algunos lugares forman pintorescos lagos, se nutren de nieve y de la poca lluvia, que cae en primavera y verano. (Las lluvias de invierno –más de uno recordará sus vacaciones de julio con el panorama cubierto por grises nubes y velado por una fina llovizna-, prácticamente han desaparecido) El agua de estos 450 a 900 milímetros que caen anualmente en la región montañosa, es sabiamente acaparada por la naturaleza que la guía a través de las copas, troncos y raíces de los árboles a las vertientes. No tan sabios son los hombres que habitan esta tierra y que la visitan o la eligen como lugar de explotación económica: los bosques se talan y queman (a la Provincia de Córdoba le quedan menos de 2% del bosque nativo), las leyes de protección de cuencas son insuficientes y las pocas no se hacen cumplir. El régimen de lluvia cambió no sólo por el tan mentado cambio climático global, sino también debido a factores locales.

La disminución del agua de lluvia afecta a los pequeños productores que hacen cultivo de secano, mientras que a kilómetros de la zona faldeada, en el bajo, grandes extensiones de cultivos son regadas con agua extraída con motobombas de gran potencia y desde allí donde se almacena naturalmente el agua de la Sierra. Estos bombeos hacen que disminuya el caudal de agua de las vertientes más arriba y también la de los pozos en los pueblos.

Por el atractivo que ejerce la zona, cada vez más personas buscan radicarse en el Valle, y muchas veces las sorpresa desagradable número uno para los nuevos residentes es que les falta el agua. La sorpresa número dos suele ser, que el agua, en la gran mayoría de los casos, no es potable. Esto se debe a los sistemas, o mejor dicho, a la falta de sistemas cloacales y a la falta de plantas potabilizadoras. Una descripción drástica de esa problemática se puede leer en un artículo publicado en el número 399 de “La Voz de Mina Clavero” en el mes de diciembre del este año y a raíz de la construcción de un nuevo Casino: “ La gente que venga a visitar este nuevo espacio de jolgorio, vendrá a dejar su plata en Mina Clavero para que se la lleven Loterías y Casinos de Córdoba y por otro lado su ‘pichín y caca’ que no se la llevarán a la provincia , sino que la dejarán depositada en pleno balneario central de nuestro pueblo para que a través de él recorra todo el Valle de Traslasierra, alimentando a los pejerreyes de nuestro Dique La Viña y el agua ‘potable’ de la ciudad de Villa Dolores y todos los pueblitos de nuestro valle río abajo.”

Problemas menos aparentes y de menor repercusión tanto en los medios como en la conciencia pública, son las pequeñas usurpaciones de agua, el desvío de un arroyo, las conexiones clandestinas cada vez más frecuentes, la obstrucción, conciente o no, de los tradicionales canales de riego, los entubamientos de vertientes y el traslado del agua por nuevos propietarios. (Hace pocas semanas, el encuentro de un grupo de Comunicadores del Gran Chaco reunidos por dos días en Villa Carlos Paz, estaba dedicado especialmente a la situación “tierra” en las clásicas provincias chaqueñas. En el contexto aquí presentado, es interesante señalar, que en la provincia de Salta la pertenencia de la Tierra está también íntimamente ligado a la “pertenencia” del agua.).

La falta de agua afecta especialmente a la población rural que no tiene voz para hacerse oír ni medios para discutir y revertir una política que no mide consecuencias ni costos sociales.

Ante esta situación, percibida en mayor o menor grado por muchos habitantes del Valle de Traslasierra, un grupo de vecinos dispersos pero movidos por una responsabilidad cívica y un sentirse parte, se unió, conformando la “Red por el Uso Responsable del Agua de Traslasierra”.

Sus principales objetivos son: registrar los problemas relacionados al agua que se presentan en todo el Valle, interactuar con entes públicos y privados, controlar el cumplimiento de leyes de protección de recursos naturales y promover la concientización de la población sobre las distintas problemáticas relacionadas directa o indirectamente al agua.

En su conferencia de prensa de fin de año realizada el 20 de diciembre en Villa Dolores, integrantes de la Red presentaron un balance de lo logrado durante el año. Destacaron la labor conjunta que se hizo con un laboratorio especializado en análisis de aguas (el SIL de Villa Dolores). Consistía este trabajo en dar clases y charlas dictadas en los colegios a lo largo de casi todo el Valle: en la Villa de La Paz, Luyaba, Villa de la Rosas, San Javier y Bibliotecas de Mina Clavero y Cura Brochero –un itinerario serrano por excelencia.

Con la finalidad de hacer hincapié en el trabajo para asegurar el agua de la zona, la Red también presentó un cuestionario base para los postulantes a cargos públicos y para sensibilizar a ellos y a la opinión pública en materia agua.

El futuro del trabajo de ese puñado de vecinos dependerá en gran medida, del despertar de la gente y de su ánimo de invertir energía y tiempo para el bien común. El bien común en este caso es el agua de una naturaleza chaqueña que brinda mucho, pero que está llegando a sus límites. ¿O es que sus habitantes han llegado a un límite?

Los visitantes que desean acercarse a la Red, con observaciones, sugerencias o apoyo vario, pueden dirigirse para un primer contacto a la dirección electrónica:

redporelagua@yahoo.com.ar


e.h.

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